Tras años de desarrollo, Final Fantasy VII Remake salió a la luz el 10 de abril de 2020. La reinterpretación del aclamado título que Squaresoft produjo en 1997 ha generado opiniones muy diversas entre los jugadores, pero de lo que no cabe duda es de que la dirección artística y el rendimiento gráfico han sido dos de sus puntos sobresalientes, recreando y ampliando de forma asombrosa la ciudad de Midgar.
Uno de los momentos más destacables es la trama acontecida en el mercado Muro, donde los protagonistas deben infiltrarse en el cuartel del peligroso clan de Don Corneo para obtener información. En este artículo vamos a utilizarlo como excusa para hablar de la maravillosa historia urbana en la antigua China.
El mercado Muro de Midgar en Final Fantasy
La ciudad de Midgar es una gran urbe de planta circular planificada a partir de ocho grandes reactores de energía Mako situados a igual distancia a lo largo de su perímetro. A 300 metros del nivel del suelo se elevan ocho grandes plataformas de acero sobre las que están construidos los ocho distritos de la ciudad superior, un área destinada a los ciudadanos con alto nivel adquisitivo, así como empleados y altos funcionarios del régimen corporativista establecido por la empresa Shinra.
Bajo estas plataformas, a nivel de suelo, se extienden las barriadas de cada sector. Con características mucho más austeras, están destinadas al común de la población, los marginados o exiliados. No tienen una planificación urbana clara, habiéndose construido muchos edificios por los propios usuarios, y carecen de la mayoría de comodidades que se disfrutan en la zona superior.
El mercado Muro es un área localizada dentro de la barriada del Sector 6. La historia de su formación aparece relatada por el personaje de Aeris: «Hizo falta mucha gente para levantar Midgar y los trabajadores necesitaban algo de relax. Así que unos cuantos mercaderes crearon un distrito del ocio, lleno de moteles, tiendas, bares y sitios así. Se volvió muy popular. Los negocios iban viento en popa y daban mucho dinero. Y eso atrajo la atención de gente que… no respetaba la ley. Ahora, no hay ley que valga. Pero en vez de resolver el problema, el gobierno decidió aislarlo con un muro. Y así nació el mercado Muro. Como suele decirse: ojos que no ven, corazón que no siente».
Esa gente de la que Aeris habla está representada por Don Corneo, el jefe del clan que controla las operaciones del mercado desde una elegante mansión de estilo chino con estructura de cinco crujías de madera y techo de cadera. El resto de comercios que conocemos en el mercado son: una boutique donde se pueden comprar vestidos hechos a medida, una pequeña farmacia, una tienda de materias con decoración antigua, una tienda de objetos y una tienda de armas. A esto se incluyen locales de descanso y entretenimiento como: una posada, un gimnasio de boxeo, un bar, un cenador y el Honeybee Inn, un local para adultos donde impera la perversión y el exceso.
La ciudad de Chang'an de la dinastía Tang
Esta pequeña historia se remonta a finales del siglo VI en China, donde el antiguo Imperio llevaba 170 años dividido en lo que se conoce como el «Periodo de las dinastías meridionales y septentrionales». En el año 589, Yang Jian 楊堅 consigue al fin unificar a las dinastías del norte y el sur en un nuevo Imperio bajo el mandato de su casa, la dinastía Sui 隋朝 (581-618). En sus primeros años, acometió numerosas reformas en campos como la agricultura, el ejército o la organización política. Entre estos proyectos destaca la planificación de una nueva capital oriental, construida al sur de la vieja y abandonada ciudad de Chang’an, a la que renombraría como Daxing. Según la idea de los Sui, Daxing debía suponer un nuevo tipo de ciudad que se adaptase a la imagen de un gran imperio unificado tras tantos años de conflicto.
A la muerte de Yang Jian, su hijo Yang Guang 楊廣 trató de continuar estas reformas, siendo en un principio incluso más ambicioso que su padre. Sin embargo, su estilo era más tiránico, reprimiendo a la población y agotando los recursos para llevar a cabo sus construcciones. Además, Yang Guang llevó a cabo una serie de campañas militares fallidas cuyos resultados económicos generaron numerosas rebeliones por todo el país. El emperador sería asesinado por sus propios colaboradores en el 618 y poco después caería la breve dinastía Sui para dejar paso a la dinastía Tang 唐朝 (618-906).
El emperador Li Yuan 李淵 de la dinastía Tang cambió de nuevo el nombre de la ciudad a Chang’an y continuó la gran obra de planificación y construcción, convirtiéndola en su capital. De estar formada por una pequeña agrupación de palacios pasó a convertirse en una ciudad enorme y sistematizada de 84 kilómetros cuadrados, con un millón de habitantes en su interior y otros dos tras la muralla. Situada como punto final de la ruta de la seda que cruzaba toda Asia, fue la ciudad más grande del mundo y la más grande de China hasta la industrialización del país en el siglo XX.
La planta de Chang’an se corresponde al esquema de «Ciudad cuadrada de tres capas», formada por una ciudad interior y una ciudad exterior, cada una con su respectiva muralla. La ciudad interior estaba dividida a su vez en dos secciones: al norte el Palacio Imperial, situado en el terreno más alto sobre el legendario área de Longshouyuan, y al sur la Ciudad Imperial, donde se ubicaron las principales instituciones del gobierno. En el 662 comenzaría la construcción de un segundo palacio al norte de la muralla, el Palacio Daming, donde los emperadores Tang vivirían por más de dos siglos.
La ciudad exterior está generada a partir de una retícula con nueve calles norte-sur y doce calles este-oeste, sumando un total de 110 «unidades de retícula» llamadas distritos o, a partir de ahora, «li-fang». Dado que una de las reformas Sui / Tang estaba basada en la regulación del mercado y las actividades empresariales, se situaron dos grandes mercados frente al palacio, uno al este y otro al oeste, siendo el único lugar donde estaba oficialmente permitido realizar estas actividades. Cada uno de estos mercados estaba dividido en una cuadrícula de 3×3, situándose en la unidad central el edificio de administración de empresas.
Los li-fang de Chang'an
Una de las principales características de esta dinastía fue el estricto control imperial que pretendía generar un orden social claro. En el sistema urbano, cada uno de los li-fang o distritos tenía su nombre propio y estaba separado del sistema de calles a través de un muro de tierra. Por otro lado, el interior del li-fang estaba dividido en cruz por dos caminos principales con una puerta en cada extremo, siendo el único punto por donde se podía entrar o salir del barrio.
Ahora puedes imaginar cómo debía ser la sensación al llegar a la capital: al entrar por la puerta principal de la muralla, la Puerta Mingde, se desplegaba ante la vista una gran avenida de unos 150 metros de ancho y varios kilómetros de largo que llegaba hasta la puerta de la ciudad interior, con un hermoso paisaje de vegetación, canales de agua a los lados y en los extremos los grandes muros de tierra comprimida que bordean los li-fang, sin ninguna vivienda visible desde la calle.
¿Cual puede ser el motivo de una disposición tan sorprendente? Vamos a ponerlo en contexto: en Chang’an había sido establecido un toque de queda, por lo que no había vida nocturna en el espacio público. Por tanto, cuando llegaba la hora indicada, las puertas de los li-fang se cerraban y las tropas imperiales patrullaban las calles, interrogando a los peatones. Con un diseño tan organizado y unos barrios amurallados, en teoría no hacía falta muchos guardias para hacer cumplir el toque de queda con eficacia, así como todo tipo de leyes sociales y urbanas.
Este control marcial es la causa de que las puertas de la mayoría de residencias solo pudieran abrirse hacia el interior del li-fang y no hacia la calle principal. Los únicos que podían abrir una puerta hacia la calle eran aquellos nobles y altos funcionarios que necesitaban responder la llamada directa del Emperador, para así evitar retrasarse debido a la inspección de los guardias.
El mercado nocturno y la revolución urbana
El periodo de la dinastía Tang (618-906) tiene un especial significado en la historia de China ya que muchas de las costumbres actuales y características fundamentales de la arquitectura china fueron establecidas en esta época, más allá de los cambios y mejoras que sufrieran posteriormente.
En los casi 300 años que esta casa se mantuvo en el poder se distinguen dos grandes periodos: el primero está formado por los 130 años comprendidos entre el reinado de los emperadores Tai Zong 太宗 (626-649) y Xuan Zong 玄宗 (712-756), considerado una edad de oro de la cultura y el momento en que China se consolida como un gran imperio con una profunda influencia geopolítica en el mundo. El segundo periodo, con sus luces y sus sombras, estará marcado por el desarrollo de una corrupción estructural del régimen que acabará produciendo el colapso de la dinastía en el año 906.
En el periodo tardío de la dinastía Tang ya aparecen signos que revelan la fuerte erosión del sistema urbano de barrios amurallados. Uno de ellos son los «qinjie» 侵街, traducido como «invasión de la calle», que son puertas privadas puntuales horadadas en los muros del li-fang, en ocasiones acompañadas de estructuras que sobrepasaban el límite del distrito. Además, las actividades comerciales comenzaron a animarse en la ciudad y en la parte trasera de algunos callejones aparecen los «linludian», que eran tiendas orientadas a la calle y fuera de los dos mercados oficiales.
El edicto de la era Zhide (756-758) prohibió la apertura de puertas privadas hacia la calle, pero no parece que tuviera gran efecto ya que otro decreto fue promulgado en el 767, añadiendo a la prohibición aquellas estructuras que se extendieran más allá de los límites del li-fang y amenazando al pueblo con duros castigos y la demolición de sus construcciones. Las cosas no cambiaron, y el gobierno decidió emplear una estrategia más política en el decreto del 773, apuntando al lamentable estado de los edificios y puertas de los mercados oficiales de Chang’an y pidiendo su reparación.
Décadas más tarde, el edicto de la era Changqing (821-824) presentó dos memoriales que mostraban lo crítica que se había vuelto la situación. El primer memorial se quejaba de que los plebeyos abrían puertas en los muros, desafiaban el toque de queda y ponían dificultades a los guardias para apresar a los criminales. En el segundo memorial el inspector de la patrulla ciudadana se quejaba de que plebeyos e incluso oficiales estaban haciendo construcciones en medio de las avenidas, lo que complicaba el mantenimiento del orden público. Se promulgó un edicto que ordenaba la demolición de esas construcciones en un periodo menor a tres meses.
Lo mencionado es solo un breve resumen de los muchos sucesos y acontecimientos que se estaban dando en la vida urbana, pero ya se puede decir que lo que estamos viendo es el inicio de una incontrolable rebelión urbana y social contra el régimen.
Algunos li-fang tuvieron gran éxito atrayendo comercio y negocios en su interior, normalmente debido a su cercanía a los mercados oficiales, palacios o avenidas principales. Así nacieron los mercados nocturnos en los distritos de Xuanping, Shengping y, especialmente, Chongren, que operaban dentro de los li-fang rompiendo el toque de queda.
El li-fang de Chongren (Chongren fang 崇仁坊), se convirtió en el mercado nocturno más concurrido de la ciudad. Por su situación estratégica, en un cruce de avenidas junto a la Ciudad Imperial y el Mercado Oriental, era el distrito favorito para las residencias temporales de los provincianos que eran llamados a la corte por asuntos políticos o comerciales. En los escritos antiguos ha quedado registrada la existencia de lugares como tiendas de alfombras, pastelerías, o una tienda especializada en la fabricación de instrumentos, así como esta breve frase que explica el ambiente que se respiraba en el mercado nocturno: “Los ruidos duraban toda la noche y la luz de las velas nunca se apagaba”. Es decir, se encendían las linternas y los ciudadanos de Chang’an comerciaban, bebían vino y se entretenían.
Llegó un momento en el que estas actividades atrajeron la atención de las autoridades y el Emperador Wen Zong 文宗 (826-840) se escandalizó, alegando: «La feria nocturna en la ciudad capital debe estar prohibida». Un decreto imperial del año 840 advertía que las actividades en el mercado nocturno debían cesar, pero la poca contundencia con que se presentó puede hacer pensar que los comerciantes más poderosos ya habían establecido un orden, probablemente mafioso, que escapaba al control de las autoridades de palacio.
Una noche Wang Shi 王式, el Prefecto de la Ciudad, se acercó al mercado con la intención de actuar contra aquello que el emperador quería prohibir. Lo que encontró fue un espectáculo musical en medio de la calle, junto a un santuario local, que se alargó hasta altas horas de la madrugada. No solo falló en su intento de poner orden, sino que a su llegada fue recibido por el chamán que oficiaba el espectáculo, quien se arrodilló ante él y le ofreció una copa de vino, la cual Wang Shi aceptó. El Prefecto probablemente no contó toda la verdad en Palacio acerca de la vida nocturna en la ciudad, ya que su actitud posterior alentó las actividades del mercado nocturno.
En este punto del relato el lector ya habrá podido apreciar las conexiones entre el mercado Muro de Final Fantasy VII que describimos al principio y los mercados nocturnos ocultos tras los muros que separaban los distritos de Chang’an. Con ello no pretendo establecer una relación directa o una referencia explícita, simplemente invitar a un ejercicio de imaginación sobre el ambiente y la vida de las personas en una ciudad hace más de mil años.
Imaginar quizá a un joven de los suburbios de Chang’an en busca de trabajo, recorriendo por primera vez la ciudad sigilosamente para escapar del control de la guardia, llegando al mercado nocturno y descubriendo un submundo fuera de la ley y el orden. Un mundo de luces y edificios de colores, trueques y comercio ilegal, dinero y mafias, espectáculos musicales y competiciones, borrachos y marginados, prostitución y depravación, suciedad y lujo, todo a la luz de la luna.
Paradójicamente, cuando la dinastía Tang colapsó en el año 906 el país volvió a dividirse y un periodo de guerras e inestabilidad se alargó durante décadas en el conocido como «Periodo de las cinco dinastías y los diez reinos». A partir del 960 comenzó el trabajo de reunificación tras la fundación de la dinastía Song del Norte, que consiguió aglutinar el poder iniciando una nueva fase imperial.
A lo largo de la dinastía Song la ciudad cambió por completo: se abolió el toque de queda y se permitió la construcción de edificios más altos que el muro del li-fang, así como todo tipo de construcciones en las anchísimas calles de la ciudad. Aunque el li-fang amurallado todavía estaba ahí era un li-fang solo de nombre, su concepto práctico ya no existía y no era otra cosa que una partición más de la ciudad.
Por último, el mercado nocturno se convirtió en una característica común de la vida urbana en las ciudades Song, siendo retratado en 1187 por Meng Yuanlao 孟元老 en su libro «The Eastern Capital: A Dream of Splendor» con estas palabras: «La mayoría de tabernas, tiendas y salones de entretenimiento abrían día y noche a pesar de las condiciones climáticas, ya fuera viento y lluvia, frío o calor».